El primer sueño que voy a compartir con ustedes, lo tuve en la noche del 24 de enero de 2010.
Me acabo de despertar dentro de mi sueño. Me encuentro en una habitación en una gran cama con dosel y cobijas color tiza. Debo apurarme, soy una persona importante y tengo un gran evento. Abro mi ropero y comienzo a probarme ropa. Tengo un cuerpo escultural: delgada, alta, pelo oscuro, largo y sedoso. Aun así, nada me queda. La ropa se va rompiendo a medida que la pruebo; nada es acorde al evento que me espera.
Mi asistente personal entra en la habitación y al verme a medio vestir, veo como se va transformando su expresión de tranquilidad a desesperación. –Yo se donde tenes que ir. Vamos a MOM – me dice.
Entramos a un restaurant chino, de muy poca monta. Algunas personas se encuentran comiendo en pequeñas mesitas aquí y allá. Cada uno en sus propios asuntos. Nadie parece reconocerme, ni se afectan por mi presencia. Soy invisible. Avanzo hacia el fondo del salón y paso a las cocinas. Un lugar sucio, caluroso y atiborrado de chinos cocinando. Me miran, se sonríen. -¿Cómo llego a MOM? – se limitan a mirarme y sonreír. Señalan unas puertas de vidrio, al fondo de las cocinas. Me dirijo a ellas, y al abrirlas, me encuentro en un escenario completamente sacado de un cuento de hadas. Un hermoso paisaje con pequeñas lomas de pasto verde y un cielo color violáceo. Personajes al mejor estilo circense se encuentran desperdigados por todo el jardín. Me miran, sonríen y comienza el show!
La música comienza a sonar (imposible de describir) y los personajes van realizando actos de acrobacia, tela y baile. De repente, todo se torna mágico! Plantas brillantes y de colores radiantes aparecen de la nada, luciérnagas brillan por doquier. Las estrellas brillan a más no poder y me van llevando a un estado de libertad y felicidad pura. Se van acercando a mí, me toman de las manos y me arrastran, me llevan, me suben a una especie de bus. El bus arranca y sale del jardín. Las calles son de tierra, parece desértico. A mi izquierda, atravesando un pequeño precipicio donde corre un río turquesa, se ve una instalación donde la gente hace cola para entrar. Hay un puente para cruzar al otro lado, y sobre el borde del río, una pared de árboles protege de caerse por el barranco. El bus se detiene, me indican que baje. Abro la puerta y veo un cartel luminoso, al estilo de los del subte, donde dice: “el jardín permanecerá abierto de 10 a 18hs, hasta el día 06/52” -¿Qué significa 06/52? – pregunto desesperada, ya que la emoción por volver me supera. –Eso deberás averiguarlo tú.
[En este preciso momento, es que siento que este sueño ya lo he tenido antes. Me doy cuenta que es un sueño y que me van a dejar ahí. El objetivo es que descubra como volver a mi hogar.]
Bajo del bus y al instante éste arranca y se aleja dejando una gran polvareda. Miro hacia atrás, nada. El camino da curvas cuesta abajo y no puedo ver nada salvo el cauce del río. Miro hacia delante, una gran cuesta se ve frente a mí. Otra vez tierra, lo que me recuerda que voy a ensuciarme los pies. Mientras pienso que esto ya lo viví, veo a dos chicos bajando la cuesta en bicicleta, sujetos a un cable-riel que corre por las copas de los árboles, al cual están sujetos mediante un arnés (para que sirve, no lo se, me limito a relatar). Los freno con un gesto, y les pido direcciones:
Yo: -Chicos! ¿Dónde queda la estación de autobuses?
Chico 1: -Mmm… subiendo la cuesta, pero lejos… lejos..
En eso, veo que al pie del puente, hay un puesto en el que alquilan bicicletas. Me acerco junto a los chicos, que me acompañan, y consulto si puedo alquilar una bicicleta para llegar a la estación y luego dejarla allí. Me contestan que si, pero mientras se van acercando “turistas” con tortas en las manos, me recomiendan visitar el edificio que había visto desde el bus. No me explican que hay dentro, pero insisten en que vaya. Dudando si ir o no, uno de los chicos se me acerca:
- Mira – me extiende una foto – Estos son mis amigos.
Miro detenidamente, y comienzo a notar que conozco a las personas de la foto.
- Este chico lo conozco! – Señalando a un rubio con rulos - ¿Dónde vive?
- Cerca de donde yo vivo – me dice sonriendo seductoramente
- ¿Y vos donde vivís?
- Cerca de donde vos vivís.
5 comentarios:
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Arreloco.
Muy bueno Laurizzz!!! Agregale más material que te ayudo a publicitarlo con todos mis contactos en internet XD
Que bueno!!! Con tus sueños vas a tener material de sobra!!! Te felicito primita!! Besotes
Que buen final!!
Que buen final!
Me gusto mucho como esta relatado este, no aburre, te va llevando. Conmigo logró el efecto Viajecito del que hablamos la otra vuelta.
Veo mucho de ti en el contenido de la historia.
Seguí escribiendo cosas lindas y espero con ansias alguno de tus recurrentes asesinatos ajaja. Te kiero.
quien sos manzana?
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